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DE VENEZUELA



2°C RECETA PARA EL DESASTRE
Por Oscar Palacios

. . . la meta climática que los gobiernos occidentales han acordado no está siquiera cerca de ser alcanzada. Y peor aún, la meta acordada que estamos fallando en alcanzar, no es por si sola suficiente para detener un peligroso cambio climático . . .
En diciembre del 2015, representantes de 196 países emergieron victoriosos en Paris con el primer acuerdo global en la lucha contra el calentamiento global, acordando disminuir lo más pronto posible los combustibles fósiles que generan las emisiones de gases de efecto de invernadero como el metano y el dióxido de carbono para evitar un incremento de más de 2 grados Centígrados, o 3,6 grados Fahrenheit en las temperaturas atmosféricas, que comprometerían el futuro del planeta con impactos catastróficos.
Por años las negociaciones globales sobre las emisiones de dióxido de carbono han establecido que dos grados Celsius es el punto de no retorno y un límite acordado en las conversaciones internacionales sobre el cambio climático. Sin embargo, James Hansen, director del Instituto Goddard de la NASA en Nueva York, el primero en advertir al Congreso de USA, en 1988, que el calentamiento global amenazaba al mundo, ha advertido que es una locura pensar que 2°C es un límite seguro, siendo una “receta para el desastre” que en el 2050 nos condenaría a un aumento de varios metros en el nivel del mar.
Su conclusión vino luego de revisar los registros de las perturbaciones promedio y extremas del clima durante el paleolítico, cuando la tierra estaba libre de hielo y el nivel del mar era en promedio 70 metros más alto de lo que es hoy, debido a variaciones naturales en las temperaturas medias resultantes de pequeños cambios en la intensidad del sol y la órbita de la tierra a través de escalas geológicas de tiempo. Sin embargo, hoy en día, esos cambios ocurren en un tiempo mucho más corto, donde ni el sol o la órbita son los factores, y se debe primordialmente a los altos niveles de CO2 y otros GEI en la atmósfera.
Debo admitir que no todos los científicos están totalmente convencidos sobre el tiempo, las consecuencias y que el estudio, antes presentado, es conclusivo de que se nos está agotando el tiempo y nos dirigimos hacia un desastre. Para algunos la temperatura global es un índice que refleja lo que descarga el sistema climático en sí y no corresponde al rango que determinan los factores que los humanos agregan (emisiones de aerosoles y otros GEI, el uso de la tierra, la población y otros). Y una meta en base a la concentración de dióxido de carbono en partes por millón (ppm) o en cantidades de CO2 en la atmósfera, en miles de millones de toneladas o giga-toneladas de CO2 (GtCO2) podría ser menos ambigua. Hecho reconocido por muchos activistas como el movimiento social de Bill McKibbin "350.org." que aboga por una concentración atmosférica de CO2 de 350 ppm.
¿Pero qué pasaría si Hansen esta en lo cierto? Lo que está en juego es el futuro de nuestros hijos, nuestros nietos, la humanidad y nuestra civilización misma. Por otro lado, también hay que admitir que los análisis, conclusiones y predicciones de Hansen están también basados en cantidades y/o concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera y de hecho ya hemos rebasado los 350 ppm de Mackibbin y estamos en 397 ppm, acercándonos a los 450 ppm (o 44 GtCO2) asociados con un incremento de temperatura de 2°C. Y más significativo aun, muchas de las predicciones de Hansen ya están ocurriendo.
El hielo marino en el verano Ártico se ha derretido a una mayor velocidad de lo que había predicho, en el 2007, el IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) de la ONU y ya una amplia región del Ártico está libre de hielo. En el polo opuesto del planeta una sección de la Capa de Hielo en el Antártico Oriental, parece estar en un estado de deterioro irreversible sin nada que detenga que los glaciares en el área se derritan en el mar. Ambas situaciones están creciendo como una bola de nieve con el impulso de un tren desbocado y estos cambios, producidos por la acumulación de GEI, antropogénicos, generan más actividad conductiva a mas emisiones de GEI, enfrentando a la humanidad a la primera clara evidencia de un peligroso cambio climático en el que nadie en el planeta se salvara de ser tocado por sus impactos.
Pero este no es el único evento que valida la posibilidad de que altos niveles de calentamiento sean posibles y estén aconteciendo. Según registros de la NASA y NOAA, Julio del 2016 fue el mes más caliente jamás registrado y el décimo récord consecutivo.
Mas aun, de acuerdo con un artículo en el Washington Post un nuevo estudio sobresale, no solo por sus implicaciones, pero porque también demuestra que mucho de lo que se ha predicho ocurrirá y otros pronósticos que degradan la severidad de la situación podrían estar errados.
El renombrado científico climático Veerabhadran Ramanathan, reconocido entre otros grandes logros por determinar que los clorofluorocarbonos (usados en los aerosoles), son GEI, anuncio en Julio del 2016, que un estudio con satélites, confirmo una gran reorganización del sistema de nubes, hacia los polos, expandiendo las llamadas zonas secas sub-tropicales entre los 20 y 30 grados de latitud en ambos hemisferios como ya se había pronosticado con modelos climáticos. Esto confirman que las tormentas que traen la tan necesitada agua al oeste de los Estados Unidos se están moviendo hacia los polos y alejándose del sur-oeste, indicando que es muy probable que esta región, por años azotada por la sequía continuara secándose durante las venideras décadas y mientras continúen las emisiones a la atmósfera de gases de efecto de invernadero. Igualmente, explica, en el hemisferio sur, las inusuales precipitaciones que han caído en regiones de Chile donde en cuestiones de días han visto más lluvias de lo que normalmente se ve en todo un año.
Muchos investigadores creen que estas son evidencias de que estamos precipitándonos hacia el límite de los 2°C establecido en París más rápido de lo anticipado y aunque redujéramos la velocidad de este incremento desbocado de temperatura promedio global, ¿estamos a salvo en 2°C?
Hasta ahora, la terrífica e ineludible conclusión es que la meta climática que los gobiernos occidentales han acordado no está siquiera cerca de ser alcanzada. Y peor aún, la meta acordada que estamos fallando en alcanzar, no es por si sola suficiente para detener un peligroso cambio climático que ya ha mermado la disponibilidad global de alimentos, el rendimiento de las cosechas y afectando todos los aspectos de los ciclos hidrológicos con sequias e inundaciones más frecuentes y proyecciones para este siglo veintiuno que harán ver las mega sequias del pasado, como un paseo en el parque, mientras que la mitad de la población mundial ya vive en áreas urbanas y el numero incrementara junto con la presión para suministrarles alimentos y agua limpia al tiempo que estas poblaciones urbanas todavía no despiertan a la realidad de lo que van a enfrentar, y lo peor aún está por venir.
Esta conclusión significa que la manipulación de la ruta del desarrollo mundial para re-estabilizar el clima global con incrementos de temperaturas muy por debajo de los 2°C sobre los niveles pre-industriales requiere de un mayor nivel de comprensión del sistema climático y lo extenso de la influencia humana sobre ese sistema. Es el por qué si bien el mundo ha estado dispuesto a aceptar una meta de temperatura global universal para bien o para mal, el mismo se mantiene alejado de la adopción de una meta global de población que se proyecta incrementar para finales de este siglo en 25 billones sin nadie que se pregunte si podremos ofrecer alimentos y agua a tanta gente; o el por qué nada se dice sobre el hecho de que las técnicas actuales de agricultura son otras fuentes significativas de gases de efecto de invernadero al punto que aunque elimináramos hoy todos los combustibles fósiles pero continuáramos usando métodos tradicionales de agricultura animal al ritmo actual, para el 2030 todavía nos excederíamos significativamente el límite de las 44 giga-toneladas de dióxido de carbono (GtCO2), o 350 ppm que nos mantendrían por debajo de los 2°C.
Ciertamente, un análisis hecho en el 2009 por Robert Goodland y Jeff Anhang, especialistas ambientales miembros del instituto WorldWatch y asesores para el Grupo Banco Mundial, demostró que la ganadería y sus sub-productos constituyen de hecho, por lo menos 32.564 millones de toneladas de CO2e (CO2 equivalente) al año, o el 51% de las emisiones mundiales anuales de gases de efecto de invernadero (GEI). Ellos revisaron a fondo las fuentes directas e indirectas de emisiones de GEI provenientes de la industria agropecuaria y concluyeron que algunas de estas son obvias pero subestimadas, algunas son simplemente pasadas por alto y algunas son fuetes de emisiones que ya han sido contadas pero asignadas a sectores equivocados, totalizando 25.048 millones de toneladas de CO2e atribuidas a la ganadería que han sido sub-contadas o pasadas por alto.
Es debatible incluir o excluir una u otra fuente de emisiones antropogénicas o su porcentaje de contribución de acuerdo a los intereses de cada quien, pero en cualquier caso la producción agropecuaria todavía representa una desmesurada proporción de las emisiones totales de GEI que amerita un serio escrutinio ya que de mantenerlas fura de los cálculos de los GEI es predecible que no sean manejadas correctamente y si proyectamos su incremento para el 2050, basado en la influencia de la industria ganadera, podemos esperar un peligroso acenso exponencial de la agricultura animal y por ende de las emisiones de GEI, inducido por el consumo mundial de carnes y lácteos que se espera hacienda 76% respecto a la línea base del 2007, concluyendo que el CO2 no puede ser reducido a niveles seguros a tiempo de evitar serios impactos de largo plazo a menos que todas las fuentes que liberan CO2 a la atmosfera sean incluidas, esto sin enfrentar y determinar qué hacer con el CO2 que se acumula y se mantiene en la atmosfera por hasta 10 años.
Nuestra civilización no tiene otra opción que re-inventar la forma en que se hacen las cosas, y es comprensible que sin una nueva alternativa viable para producir alimentos sin degradar el ambiente y extraer el CO2 de la atmosfera, no hay mucho que podamos decir o hacer para evitar la alienación de nuestra civilización,

Este proyecto es diferente a los demás debido a que su concepción y diseño están basados en las soluciones a los problemas más significativos que nuestra civilización enfrenta hoy
Afortunadamente las cosas han estado cambiando y ya estamos concibiendo formas de revertir el cambio climático y formas ecológicas de producir nuestros alimentos. La tecnología solar ha evolucionado y demostrado su competitividad como alternativa para sustituir los combustibles fósiles. Los avances en la fabricación de paneles solares han cortado los costos de manufacturación, traduciéndose en precios bajos a través de una industria, que ha evolucionado desde una eficiencia de menos del 10%, hace dos décadas a 44,7% con una concentración de 297 soles hoy en día. Pero más significativo aun, es un nuevo concepto de celdas solares desarrollado en la Universidad de Illinois en Chicago, capaz de convertir de forma eficiente y barata el dióxido de carbono atmosférico en gas sintético o bio-gas. Este nuevo dispositivo hace el trabajo de las plantas convirtiendo el CO2 atmosférico en combustible, y al crearse granjas solares con estas hojas artificiales se resuelven dos problemas cruciales: La extracción significativa del CO2 en la atmósfera y la transformación de este en combustible a un costo comparable al de un galón de gasolina haciendo los combustibles fósiles obsoletos.
Algunos ambientalistas podrían argumentar que estamos transformando el CO2 en la atmosfera en hidrocarbono que si es quemado ineficientemente podría resultar nuevamente en emisiones de GEI. Sin embargo, al complementar este dispositivo con otra innovación tecnológica, desarrollada por Bloomenergy, denominada celdas solidas de energía oxidativa, se genera fuerza eléctrica confiable y constante con cero emisiones de carbono. El sistema básico o "Servidor de Energía" puede proveer 200kW de poder, para soportar la carga base necesaria para 160 hogares promedios o un edificio de oficinas, día y noche, ocupando el espacio para estacionar un vehículo y al agregan más servidores, uno al lado del otro, se aumenta la capacidad de generación eléctrica. Esta tecnología ya se usa en compañías como Google, Apple, NASA, Coca Cola, FedEx, AT&T, NOKIA, YAHOO, Panasonic, HONDA, Kellogg's, Caltech y muchas más.
Pero mejor aún, esta capacidad de generación eléctrica puede quintuplicares al conectarse otro nuevo sistema tecnológico que también podrá proveer aire acondicionado, frío para cuartos de conservación, neveras residenciales y aire frio para los sistemas de extracción de agua del aire sin el uso de gases refrigerantes. Esta tecnología es parte de una propuesta para el desarrollo de un nuevo ecosistema verde de producción agrícola y pecuaria que de hecho es un cambio total de los paradigmas de la llamada revolución verde que ha resultado ser una fuerza degradadora del planeta.
Producirá todos los alimentos orgánicos que necesitaremos para el 2050, sin generar desperdicios y GEI en una pequeña fracción del espacio total de las tierras cultivadas hoy en día. También reducirá el consumo del agua para la agricultura de un 70% del agua disponible para la humanidad a menos de la mitad sin degradar el ambiente y al producir masiva y económicamente, bio-carbón, subproducto resultante del manejo de los desechos generados por este ecosistema de producción agropecuaria, será capaz de secuestrar bajo tierra, en la capa vegetal, CO2 y otros GEI como el óxido nitroso y el gas metano de los desechos orgánicos, de forma masiva, practica y económica además de transformar tierras problemáticas en sitios productivos resistentes a inundaciones y sequias prolongadas, para recuperar los bosques y extraer el CO2 acumulado en la atmósfera.
Johannes Lehmann, profesor de ciencias agrícolas en la Universidad de Cornell y uno de los más importantes expertos a nivel mundial en bio-carbón, ha calculado que si solo se añade bio-carbón al 10% de las tierras de cultivo del mundo el efecto sería el secuestro de 29 billones de toneladas equivalentes a CO2 (aproximadamente igual a las emisiones anuales de gases de invernadero generadas por la humanidad).
Este proyecto es diferente a los demás debido a que su concepción y diseño están basados en las soluciones a los problemas más significativos que nuestra civilización enfrenta hoy para a alimentar a más de 9 billones de personas con limitaciones de recursos naturales y frente a un cambio climático cada vez más inequívoco y destructivo que tiene que ser revertido. Además, con su baja inversión inicial y altos rendimientos económicos esta propuesta tecnológica podrá promover el flujo de los capitales mundiales hacia esta nueva forma de producción de alimentos orgánicos y expandirse a escala global con efectos positivos en las industrias de alimentos, las economías del mundo, el público y el planeta.
No hay dudas que estas nuevas propuestas tecnológicas, y la eliminación de los combustibles fósiles, representan la alternativa viable y realística para revertir el cambio climático y evitar los desastres por venir. Sin embargo, para lograrlo a tiempo, la acción decisiva de las empresas y los gobiernos del planeta debe ser asumida.



