

SOLAR AQUAPIRAMIDS FARMS
FUNDACION
AQUAPONIAS
DE VENEZUELA




LA HUELLA
ECOLOGICA
DE NUESTRO
CONSUMISMO
Por Oscar Palacios

Cada mañana casi 7 billones de habitantes en el mundo se despiertan e inician sus tareas cotidianas, bañándose, alimentándose y consumiendo todo tipo de productos: comida, indumentaria, combustible y tecnología, que requerirán tomar recursos de la tierra para ser devueltos como desechos, dejando una huella indeleble que de una forma u otra afecta el planeta.
En el desayuno de una buena parte de estos habitantes se incluyen los huevos, la leche y sus derivados y en promedio cada uno de ellos consumirá durante toda su vida unos 9000 litros de leche. Lo que no todos saben es que la producción de leche deja una importante huella en el planeta debido a la energía que se consume para producir fertilizantes, a los 14 millones de hectáreas de bosques que se talan cada año para el pastoreo y siembras, y a las descargas del metano que libera el ganado vacuno y todos los rumiantes en sus excreciones y eructos los cuales totalizan entre el 17% y 18% de los gases de invernaderos liberados a la atmosfera. De hecho, cada vaca eructa entre 200 y 250 litros de metano por día.
Por otro lado, para obtener un kilogramo de carne de ganado vacuno se requieren quince mil (15.000) litros de agua, entre la que se usa para producir el forraje, la que bebe el animal y la que se utiliza en la cadena de producción de los productos terminados luego de sacrificar al animal.
El aceite vegetal con el que freímos los huevos y una gran variedad de nuestros alimentos contamina nuestras reservas de agua limpia cuando este se desecha al sistema de drenajes por el desagüe a una rata de 1000 litro de agua limpia por cada litro de aceite vegetal. Sin embargo si supiéramos que este aceite puede reciclarse para producir combustible biológico (bio-diésel) y con un poco más de un litro de aceite vegetal se puede producir un litro de combustible ecológico, el daño al ambiente se reduciría significativamente.
Al preparar los alimentos y luego de alimentamos, la basura que producimos para ser desechada se estima en un kilogramo de desechos sólidos por persona al día y 24,6 toneladas durante toda nuestra vida. Solo en México se generan más de 100.000 toneladas diarias de basura y en Bogotá, otras 6.500 toneladas que hubieran podido ser bien aprovechadas si se hubiera separado el papel, los plásticos, el aluminio, el vidrio y la materia orgánica para ser reciclados. Sin embargo solo entre un 10 y 12% de toda esta basura es aprovechada para este fin, generando daños ambientales por el metano que se libera en los rellenos sanitarios al descomponerse la materia orgánica o cuando se desechan artículos como las baterias alcalinas que se usan en los controles remotos de los televisores, equipos electrónicos y aires acondicionados, en donde el mercurio que estas contienen es de gran toxicidad y una sola de estas puede contaminar 167.000 litros de agua. Sin embargo si las remplazáramos por las baterias recargables pudiéramos sustituir 300 pilas alcalinas por cada pila recargable, y reducir el consumo 300 veces.
Además de lo anterior en promedio cada uno de nosotros consume casi 800Kw/h de energía electríca y en toda nuestra vida unos 60.000Kw/h.
Hay que tener en cuenta que la producción de electricidad y su uso en la industria, hogares, oficinas y medios de transporte, es responsable de la mayoría de las emisiones de CO2 causadas por el hombre al usar las denominadas energías fósiles (gas natural, petróleo y carbón). Por otro lado, con la alternativa de generar electricidad con plantas nucleares no se produce CO2, pero sí residuos radiactivos de difícil y costoso tratamiento.
Sin lugar a duda, para el final de cada día habremos implantado una importante huella ambiental, que crecerá aún más al deshacernos de todos los desperdicios generados por toda una jornada de consumo. Solo cuando los seres humanos están durmiendo es cuando no están consumiendo sin tomar conciencia de los residuos que han generado y los recursos naturales no renovables que han consumido con cada una de sus acciones, cada hora de cada día de su existencia dejando una profunda huella en planeta.
Lo anterior es solo una fracción de las consecuencias producidas por nuestro consumismo. La información, obtenida principalmente de un extraordinario documental elaborado por la National Geographic refleja la necesidad de buscar soluciones a los problemas ambientales, los cuales coinciden con los lineamientos y principios que han regido en la investigación y el desarrollo de las propuestas de la Fundación Aquaponias de Venezuela para producir grandes cantidades de alimentos orgánicos sin dejar una huella destructiva en el planeta. Hemos incrementado la producción por espacio superficial de la tecnología acuaponica y concebido el Complejo Agro Industrial Acuaponico, más grande, productivo y totalmente ecológico del mundo con esta tecnología.
La acuaponia es la técnica de producción alimentaria más eficiente en lo que al uso racional del agua se refiere. Ahorra más del 98% del agua que se requiere en cultivos tradicionales con una mayor producción por hectárea. El diseño del Complejo Agro Industrial Acuaponico de la Fundación Aquaponias de Venezuela incluye sistemas de producción de ganado en unidades cerradas y con ambiente controlado y un sistema de producción de forraje ganadero organico adaptado a la tecnología acuaponica, que elimina la necesidad de desforestar para el pastoreo y cultivos agrícolas y detiene para su aprovechamiento las descargas de gas metano del ganado rumiante antes de ser liberadas en el ambiente. Esto promueve la reforestación para restablecer la biodiversidad de los bosques y detener y revertir el cambio climático.
Igualmente el uso de un bio-digestor para tratar las aguas servidas y los desechos orgánicos produce biogas, agua limpia y un lodo orgánico. Con el biogas, combinando plantas eléctricas a biogas y otras que funcionan con aire comprimido, se puede genrar toda la electricidad necesaria sin el uso de combustibles fósiles y redes locales. El agua limpia que sale del biodigestor se transforma en potable al circularla por un humedal artificial y una planta potabilizadora y el lodo orgánico es sometido a un proceso de pirolisis para obtener biocarbón, capaz de secuestrar gases de invernadero al tiempo que transforma tierras agrícolas desgastadas en fértiles. Y todo esto se logra con una extraordinaria sustentabilidad y factibilidad económica.
Ing. Oscar Palacios Villapol
Presidente



